La grandeza de la madre de Thomas Alva Edison

Edison nació en 1847 en Ohio, y a la edad de 7 años fue trasladado con toda su familia a Michigan,  una ciudad muy fría, él era el séptimo, el más pequeño de todos los hermanos, ingresó en el colegio público pero tan sólo estuvo 12 semanas, porque al cabo de esas doce semanas, el pequeño Thomas llegó a casa con una cartita y  en el colegio le dijeron, que solo se lo podía dar a su madre y que sólo ella lo podía leer, así que Thomas se lo entregó a su madre y obviamente Thomas no sabía lo que estaba escrito en esa carta.

La Sra. Edison abrió la carta y la leyó, comenzó a llorar, el pequeño Thomas se quedó preocupado, ¿qué pasa mamá, que pasa? Ella se recompuso y le dijo, - ¿Thomas, sabes lo que dice? ¿sabes lo que escriben en la carta? No mamá -contestó Thomás...  dice que eres un Genio y que ya en el colegio no te pueden enseñar más y que tengo que enseñarte yo.  Y Ahí empezó, empezó a ser ella, la madre la propia profesora, así poco a poco, hasta que Thomas a los 11 años devoraba la literatura y leía y leía libros, a los 12 años ya empezó a emprender sus primeros caminos en pequeños proyectos y así poco a poco hasta que comenzó con la vida de ser un inventor.

Cuando Thomas tenía la edad de 24 años, su madre murió y Thomas junto con sus hermanos recogieron las cosas y encontró aquel pedacito de carta que le había llevado cuando él era pequeño en el colegio, cuando abrió la carta para recordar lo que su madre le había dicho en ese momento, Thomás fue quien lloró, porque la carta no decía lo que su madre le había dicho, la carta decía: "Thomas es un niño enfermo mentalmente, no le permitimos que vuelva al colegio".

"Eso es el coraje y la grandeza de una madre, ese es el coraje de poder mirar más allá de las etiquetas, la grandeza que tenemos como padres consiste en ver la grandeza de nuestros hijos y ese es el camino que tenemos en la educación, despertarlo dentro de nosotros, darnos cuenta que a veces tenemos conflictos, dificultades, como decía, nuestros hijos son nuestros espejos y esas dificultades están en nosotros, pero, en la medida en que cada uno de nosotros siendo padres, siendo educadores, podamos conectar con la grandeza, aprendamos a conectar con nuestra vulnerabilidad, aprendamos a perdonarnos, aprendamos a vivir la vida de una manera mucho más delicada, en ese momento estaremos despertando la grandeza en nosotros y la grandeza en ellos y este es el gran camino de la educación, educar el corazón para despertar la grandeza"

-Palabras de Pilar Jericó-